
-Hombre, la verdad, la verdad, es que al Everest sí sé yo que han subido, pero en lo alto de la torre del asilo no he visto yo nunca a nadie.
-Ni para limpiar el tejado, seguro....Sí, al Everest ya ha subido gente, lo sé. El otro día subieron Carlos y el padre de Carlos....sí....
(sí, ya)

(ahí ya no pude más, me imaginé al pobre padre, que no es íntimo amigo mío pero que al menos nos vemos cuando nos toca recoger del cole él a su hijo y yo al mío, y la verdad, parece una persona que le gustan los placeres de la mesa, y de verdad, que si ese pobre padre le toca subir el cerro de la esquina, desde luego que echa la saliva, y también la hiel, las higadillas y todo lo que tenga dentro...iba conduciendo pero tuve que parar para poder reírme a gusto...)
Qué increíble capacidad de fabulación...
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