viernes, 14 de agosto de 2009

TDT y la que nos viene encima

Este año he renovado el parque televisivo familiar. Empezamos por pillarnos una tele plana y dejar la antigua aparcada para otros menesteres. Avisé después a un antenista porque no había forma de sintonizar ningún canal digital (y la recepción de los analógicos era verdaderamente lamentable). Cual no sería nuestra sorpresa cuando descubrimos que se nos abría un nuevo mundo de sensaciones al visualizar nada menos que veintiocho posibles nuevos canales ¡28!. Con un poco más de detenimiento llegamos a la conclusión que la cosa no era, ni con mucho, para tanto. Del total había que restar un par de ellos que nunca reciben señal, otros pocos más que se dedican casi en exclusiva a servir de plataformas mercantiles para productos inverosímiles, otros más son la versión digital de su equivalente analógico y adjunto a ellos, uno o dos canales que ofrecen reposiciones de los productos audiovisuales de esas mismas cadenas. Sin señal, tienda, repetición y lo mismo de antes. En definitiva, que con el cambio, vengo a ver prácticamente lo mismo de antes:
"300 canales y nada que ver", como auguraban los Microsiervos en
"TDT:Demasiado poco y tarde".
Si esta es la revolución digital, que venga Dios y la vea...

Por cierto, a la antigua TV le he tenido que un sintonizador TDT nuevo ad hoc. Visto el panorama, tengo mis dudas sobre si estos aparatejos podrán soportar la avalancha de la TDT de pago y la posible interactividad que promete el nuevo medio. Sobre la TDT de pago, en mi caso lo tengo claro, no pienso gastarme un céntimo; lo que sí me preocupa es que los canales en abierto queden reservados para reposiciones, producciones obsoletas y anuncios, anuncios y más anuncios publicitarios, mientras que lo interesante vaya a los canales de pago.

Menos mal que siempre nos quedará Internet....

Actualización 27/08/09:
Certero análisis del tema en Microsiervos en un post cuyo título ya lo dice todo:

La TDT de pago y los codificadores que no sirven para nada

En el mismo post, unas viñetas que no he podido resistir reproducir aquí por lo tremendamente acertadas (Jesús Martínez del Vas , Miércoles en la redacción (LVI), 233grados) y porque más valdrá tomarse estas cosas con humor ...


jueves, 13 de agosto de 2009

Bilingüismo habitual

Hay barbarismos con los que no puede uno dejar de tropezar hoy sí y mañana también. A veces porque no existe el equivalente castellano, a veces porque el barbarismo (por lo general anglicismo) resulta más corto de escribir o de pronunciar o bien resulta fuertemente descriptivo de lo que pretende definir, a veces por costumbre, repetición o desconocimiento del propio idioma y a veces porque parece más sofisticado, más elitista (en definitiva, más cool) emplear el palabrejo inglés que el nativo.
Sea lo que fuere, más vale conocer, aún por encima, los significados de algunos de estos términos. Vamos allá:

Cliffhanger: (al borde del acantilado)
Es un recurso narrativo que coloca al lector o espectador con la boca abierta justo, justo, al final de un capítulo en una teleserie, cómic o folletín novelero. No te puedes perder el siguiente capítulo porque necesitas ver el desenlace de éste que te ha dejado con las miel en los labios.


MacGuffin ( McGuffin o Maguffin):
El MacGuffin no es más que un pretexto narrativo, una excusa para que los protagonistas anden de la Ceca a la Meca buscando o investigando pero que realmente da igual lo que sea porque lo que nos interesa es ese proceso de búsqueda y no lo que pueda ser que busquen. Mencionan en la Wikipedia el caso arquetípico de Rosebud, la última palabra que articula Charles Foster Kane antes de morir y la excusa perfecta para revivir la biografía del imponente magnate.

Mainstream:
Podría traducirse como la corriente principal, ortodoxia, en una corriente de pensamiento, gustos o preferencias aceptados (y consumidos) por la mayoría en cualquier faceta de la sociedad. Podemos hablar del mainstream de los cómics de superhéroes, de la música pop, del cine... en fin, ortodoxia y, rebuscando una palabra un tanto olvidada, comercialización en una mismo término.

Fake:
Literalmente, Falso, en el sentido de falsificación más o menos elaborada.
Internet está llena de ellos. También puede aplicarse a error, identificación equivocada o similar, pero resulta más frecuente (o llamativo) la primera acepción.

Sidekick:
Es el acompañante inseparable del protagonista principal. Compañero de aventuras y contrapunto, como Sancho con Don Quijote, Watson con Sherlok, y/o aprendiz a la sombra del maestro, como Robin con Batman. Un personaje ciertamente muy socorrido.