lunes, 31 de diciembre de 2007

Ultimas disquisiciones del año: el portátil.

Pues quería yo hablar un poco de todo, cosas que me venían rondando por la cabeza y que no he tenido ocasión de pasar al papel (digital, se entiende, cada día me cuesta más escribir en un papel y veo más natural abrir un fichero de texto... ).
Vamos a empezar por....

El Portátil



Primero de todo, que me han prestao un portatil (una larga historia) y lo estoy probando en casa. Sorprende, desde luego, que en una cosita tan pequeña puedan caber tantas cosas, que en algo un poco mayor que un cuaderno pueda meterse toda la torre de mi ordenador, con su pantalla y su grabadora de DVD. ¡Cuanto ha evolucionado la tecnología en tan poquito tiempo, Señor!
Luego te das cuenta que todo tiene un precio: el ratón, han licenciado al ratón y lo han sustituido por un rectangulito negro por donde hay que deslizar el dedo (yo, al menos, lo pongo con mucho susto) y con unos botoncitos a los lados que no tienen , ni de lejos, el encanto del click derecho y el click izquierdo. Además, no hay ruedecita (scroll) por ningún lado. Años que me ha costado desarrollar una rara habilidad en dedos y muñeca de la mano derecha se ven condenados a la inutilidad.
Es que,en serio, me resulta complicado habituarme a estos mandos. La pantalla táctil esa, con ese tacto suyo tan característico, no la acabo de comprender del todo.
Los golpecitos que hay que dar para seleccionar y/o aceptar, me resultan completamente obstusos. El resultado es que cuando quiero que me funcione eso tan elegante de arrastrar, no hay manera, y que cuando menos me lo espero, se me seleccionan textos, carpetas , archivos y entonces no sé si será mejor retirar el dedo, o dejarlo pulsado y llamar aterrado a mi mujer o a uno de mis retoños para que le den al botón de apagado mientras yo sigo manteniendo el dedo en la pantallita.
¿Te acuerdas de lo de la mina,Flinn? ¡Cómo no voy a acordarme... lo que nos reímos!Es como eso que seguramente han visto en las películas americanas del marine que pisa la mina y tiene que esperar que venga otro pringao para que ponga, con mucho cuidado, una piedra que siempre hay por allí cerca, del mismo peso que el pie y casi el mismo número que la bota del marine ese, encima de la mina a la misma vez que el otro retira el pie (y la bota) y cuando acaban salen los dos zumbando, se tiran en plancha a unos matojos y entones explota la condenada mina.
Pues eso, que cuando se me ponen todas las cosas de la pantalla del ordenador así como en recuadros azules, a mi me recorre el mismo sudor frío que al pobre tipo ese y hago más o menos lo mismo (me falta lo de salir corriendo y refugiarme detrás del sofá, aunque pensándolo bien resultaría un poco exagerado...pero ganas no me faltan, palabra).

Pero, vaya, tiene sus puntos buenos esto del portátil.
Cuando una compañera me dijo que se iba a comprar un ordenador pero que lo quería portátil porque era para llevárselo con ella a la mesa camilla, al lado del brasero yo, la verdad, lo que pensé así al pronto no fue nada especialmente elogioso sobre mi colega.
Como en tantas otras cosas de la vida, con el tiempo me doy cuenta de mi equivocación y debo reconocer la clarividencia de esta mujer. Lo mejor del portátil es llevártelo a la salita, sentarte en el sillón, al lado de la mesa camilla,encender el brasero, echarse la ropa estufa por lo alto de las piernas, que ya estarán encima de una silla, acomodar el cacharro en tu regazo, encenderlo y empezar a teclear. Eso, de verdad, es una maravilla. Como justamente estoy ahora mismo.

Sólo me falta que este año llegue a mi pueblo una buena conexión de ADSL a precios razonables y entonces sería casi feliz.
Y ya del todo feliz si, por fin, para el año que viene, alguien se replanteara si es lógico y justo hacerme pagar a una entidad, privada, de gestión de derechos de autor por mi memoria flash, los Cd-ROM que gasto, por mi impresora, mi escáner o el disco duro de mi ordenador. O hacérselo pagar a mi empresa (que que yo sepa no se dedica a hacer copias de obras protegidas por derechos de autor) por sus CDs, impresoras, discos duros, escáneres o grabadoras DVD.


miércoles, 12 de diciembre de 2007

Cambio Climático, sí, Cambio Climático, no.

MUY, pero que muy recomendable la lectura de este honrado y ejemplar artículo que revisa, hasta donde las fuerzas y el tiempo han permitido al autor, la cuestión del Cambio Climático.

En Tecnología Obsoleta, uno de mis blogs preferidos (...que por algo lo será...)



...hay que acudir a la Ciencia sin prejuicios, vamos, me parece a mi, y estar dispuesto a discutirlo todo, aún a pesar de lo "evidente" que pueda parecer la solución.
Nos podemos llevar sorpresas...

lunes, 10 de diciembre de 2007

frases celebres (II)

...beber agua de cualquier fuente,
levantarse a las claras para ponerle el hato a una burra...
eso se añora,
eso se añora...

sábado, 8 de diciembre de 2007

aún hay esperanza para la tv


Pues sí, aún,me parece, hay esperanza para la televisión. La normal, la analógica que vemos los mortales, ni la digital ni la de pago. A pesar de los anuncios y la invasión rosa-basura, aún quedan reductos para disfrutar de la tele, y no estoy hablando de mis adoradas teleseries anglosajonas, donde parece que se ha retirado toda la inteligencia que otrora medraba en el cine de Hollywood. No, esta vez estoy pensando en producciones propias. Y no, no se trata de culebrones o teleseries con conocida fórmula casposa repetitiva. Ahí hay poco que buscar. Me refiero a un género que antes se llamaba documental y después paso a llamarse periodismo de investigación, hasta que la telebasura se apropió esos dos calificativos (nada más esperpéntico que llamar periodismo e investigación a proclamar los amoríos y escándalos de esos famosos que lo son por vivir del cuento y sin dar un palo al agua...) y ahora se llama reportaje, dossier o vete a saber cómo. espero que ustedes me entiendan y sepan de lo que hablo y no los haya liado mucho con toda esta introducción.

Retomando el hilo, digo que cuando, de repente, veo que a una hora no demasiado intempestiva, programan un documental bien documentado, bien llevado, bien presentado, con el interés suficiente como para no levantarse del sofá en todo lo que dura ni para ir por agua a la cocina, entonces pienso (después de refregrame los ojos y pellizcarme repetidas veces para comprobar que no me he quedado dormido otra vez en el sofá), pienso que hay una luz de esperanza. Que todavía queda inteligencia y buen hacer en guionistas, montadores, productores, periodistas y programadores.

Este jueves sucedió uno de esos milagros y me topé con un documental sobre la vida del incalificable Silvio(1944-2001). Hará unas dos semanas me sorprendieron (y aún sigo con la boca abierta) con una retrospectiva sobre el rock progresivo andaluz, con particular énfasis en la impronta de los Smash (por cierto, el documental contaba con la colaboración de Miguel Brieva, del que ya he hablado algo en este blog)

Con cosas así, ya digo, pienso que a lo mejor hay luz al final del tunel.

Caricatura de Silvio by Desatres
El reportaje sobre Silvio fue bueno, muy bueno, dejando que hablaran por si solas las imágenes, la música, los conciertos, los amigos y compañeros de Silvio, además de su propia madre. Silvio fue un personaje de leyenda en el mundo del rock sevillano. Un personaje inclasificable, único, inimitable, un auténtico mito que, así de pronto, no se me ocurre otra cosa que compararlo con Curro Romero. Ir a un concierto suyo era una aventura, en donde podía suceder lo más increíble o lo más penoso. Es sintomático que en una carrera musical de cerca de treinta años no publicara más allá de cinco discos. Lo suyo era la actuación, el contacto con el público, la improvisación, el espectáculo. El reportaje repasa su biografía y sus leyendas, sus muchas leyendas urbanas que de él se decían, la mayoría ciertas. Repasa también su deterioro físico, su muerte anunciada desde hacía mucho por su tremenda afición al gintonic y a cualquier tipo de alcoholes de alta graduación. Batería, cantante, letrista, showman... un tipo único que no encuadraba en ningún sitio pero con el que todo el mundo se sentía a gusto. Un vividor del presente, lo fugaz y lo extraordinario.

Me parece de justicia que figuras tan irrepetibles se vean por fin reconocidas en su justa medida y que exista el interés por rodar un documental sobre su vida y su música y que además, este trabajo vea la luz en un medio público y a una hora decente. Se trata, en definitiva, de un trocito de historia nuestra que acabamos de vivir.





(Actualización 4/08/09:
Galería de este autor, aquí)