BIZANCIO, de Ramón J. Sender, recrea la aventura de las tropas almogávares en la Grecia del Imperio Bizantino. Una historia olvidada de unas gentes olvidadas en un Imperio decadente, al otro extremo del Mediterráneo. La historia de las Compañías aragonesas y catalanas, de mercenarios sin remilgos, ni respeto, gentes curtidas en la lucha y la desesperación. Pero con un estricto código de honor.
Nada más llegar, 1302, contratados por el Emperador Andrónico II para librarle de los turcos que asolan Anatolia, aprovechan la ocasión para ajustar unas cuentas pendientes que tenían con los genoveses. Constantinopla se tiñe de la sangre de los italianos. El Emperador decide no intervenir. Al fin y al cabo, y por el mismo precio, se libra de unos extranjeros que iban acaparando demasiadas influencias en la vida del Imperio.
Pero bueno, ellos estaban allí para acabar con la amenaza turca, para eso les pagaban. Se embarcan rumbo a Asia Menor. Al mando de Roger de Flor, derrotan completamente a los turcos. Completamente significa eso, que no dejaron muchos supervivientes en el par de batallas que les costó eliminar la amenaza.
Vuelven a Constantinopla. La vida les sonríe. Roger es prometido a María, hija del Emperador. Lo nombran Megaduque.La vida es de color de rosa. Sin embargo, su éxito fulgurante desata los celos de otros mercenarios al servicio del Emperador, los alanos, y del propio heredero al Imperio, que ve peligrar su ascenso a la púrpura imperial. Roger es asesinado durante un banquete organizado por Miguel, el hijo y heredero de Andrónico, sin posibilidad de defensa. Y se desata la caza del almogávar en la Ciudad. Las turbas asesinan sin piedad a los mercenarios estacionados en Constantinopla. Los que quedan, pocos, aislados en un país extraño que de repente es enemigo, lejos de sus bases, celebran reunión general y hacen lo que parece el acto más extravagante en estas condiciones. Eligen una serie de heraldos que irán a hablar con el Emperador para romper el contrato que tenían suscrito ambas partes. A poco de salir de Palacio, son capturados, torturados y asesinados, como era de esperar.
A partir de ahora las tropas almogávares no se sienten obligadas para con nada ni con nadie, y serán ellos mismos los dueños de sus actos.
Obligados a sobrevivir, derrotarán ejército tras ejército, exterminarán aldeas, se aliarán con los turcopoles, alcanzarán al ejército búlgaro en retirada y los vencerán en una batalla que más bien fue masacre, conquistarán Atenas, donde connstituirán un reino independiente que ofrecen a la Corona de Aragón...
Su paso por aquellas tierras aún se recuerda y la expresión :-“Venganza catalana.” se mantiene para expresar un ajuste de cuentas duro, inflexible y, evidentemente, sangriento.
Su grito de guerra-“Desperta, ferro”, acompañado del batir de espadas, lanzas, cuchillos... en los escudos y en el mismo suelo debió ponerles los pelos de punta a cuantos ejércitos se les enfrentaran.
Si mal no recuerdo, acabaron invictos de todo aquello.
BIZANCIO además de un retrato histórico, es un estudio de personajes en una situación extrema, inmersos en una atmósfera desasosegadora y opresiva, rodeados por la traición y la desconfianza. Roger es asesinado a traición, como lo fueron sus tropas establecidas en la ciudad, y mediante engaños, fueron capturados algunos de los sucesivos líderes de las Compañías. Algún otro, como Muntaner, pudo vivir lo suficiente como para regresar a sus tierras y ponerlo todo por escrito.
Una visión pesimista, tenebrosa y laberíntica del alma humana, un tanto en la línea de La Aventura Equinoccial de Lope de Aguirre.
Recomendable, pero de lectura obligadamente pausada.
(Con algo más sentido del humor, y más detalles, se cuenta la historia de estos caballeros de fortuna en
http://www.nodo50.org/tortuga/article.php3?id_article=2081)
Nada más llegar, 1302, contratados por el Emperador Andrónico II para librarle de los turcos que asolan Anatolia, aprovechan la ocasión para ajustar unas cuentas pendientes que tenían con los genoveses. Constantinopla se tiñe de la sangre de los italianos. El Emperador decide no intervenir. Al fin y al cabo, y por el mismo precio, se libra de unos extranjeros que iban acaparando demasiadas influencias en la vida del Imperio.
Pero bueno, ellos estaban allí para acabar con la amenaza turca, para eso les pagaban. Se embarcan rumbo a Asia Menor. Al mando de Roger de Flor, derrotan completamente a los turcos. Completamente significa eso, que no dejaron muchos supervivientes en el par de batallas que les costó eliminar la amenaza.
Vuelven a Constantinopla. La vida les sonríe. Roger es prometido a María, hija del Emperador. Lo nombran Megaduque.La vida es de color de rosa. Sin embargo, su éxito fulgurante desata los celos de otros mercenarios al servicio del Emperador, los alanos, y del propio heredero al Imperio, que ve peligrar su ascenso a la púrpura imperial. Roger es asesinado durante un banquete organizado por Miguel, el hijo y heredero de Andrónico, sin posibilidad de defensa. Y se desata la caza del almogávar en la Ciudad. Las turbas asesinan sin piedad a los mercenarios estacionados en Constantinopla. Los que quedan, pocos, aislados en un país extraño que de repente es enemigo, lejos de sus bases, celebran reunión general y hacen lo que parece el acto más extravagante en estas condiciones. Eligen una serie de heraldos que irán a hablar con el Emperador para romper el contrato que tenían suscrito ambas partes. A poco de salir de Palacio, son capturados, torturados y asesinados, como era de esperar.
A partir de ahora las tropas almogávares no se sienten obligadas para con nada ni con nadie, y serán ellos mismos los dueños de sus actos.
Obligados a sobrevivir, derrotarán ejército tras ejército, exterminarán aldeas, se aliarán con los turcopoles, alcanzarán al ejército búlgaro en retirada y los vencerán en una batalla que más bien fue masacre, conquistarán Atenas, donde connstituirán un reino independiente que ofrecen a la Corona de Aragón...
Su paso por aquellas tierras aún se recuerda y la expresión :-“Venganza catalana.” se mantiene para expresar un ajuste de cuentas duro, inflexible y, evidentemente, sangriento.
Su grito de guerra-“Desperta, ferro”, acompañado del batir de espadas, lanzas, cuchillos... en los escudos y en el mismo suelo debió ponerles los pelos de punta a cuantos ejércitos se les enfrentaran.
Si mal no recuerdo, acabaron invictos de todo aquello.
BIZANCIO además de un retrato histórico, es un estudio de personajes en una situación extrema, inmersos en una atmósfera desasosegadora y opresiva, rodeados por la traición y la desconfianza. Roger es asesinado a traición, como lo fueron sus tropas establecidas en la ciudad, y mediante engaños, fueron capturados algunos de los sucesivos líderes de las Compañías. Algún otro, como Muntaner, pudo vivir lo suficiente como para regresar a sus tierras y ponerlo todo por escrito.
Una visión pesimista, tenebrosa y laberíntica del alma humana, un tanto en la línea de La Aventura Equinoccial de Lope de Aguirre.
Recomendable, pero de lectura obligadamente pausada.
(Con algo más sentido del humor, y más detalles, se cuenta la historia de estos caballeros de fortuna en
http://www.nodo50.org/tortuga/article.php3?id_article=2081)
1 comentario:
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