viernes, 29 de febrero de 2008

Nerea

Después de nueve meses se salió con la suya y eligió el día que mejor le convenía.
Tenía yo el presentimiento de que iba a ser la primera persona (o personita) que cumpliera años un 29 de Febrero.
Pero no.
Nos engañó a todos.
Esperó tranquilamente su momento y ayer mismo por la mañana, a eso de las once, sonaba el teléfono que anunciaba el principio del final.
A eso de las dos de la tarde aparcábamos el coche a la vera del Hospital y otra llamada nos puso al corriente: ya estaba fuera.
Un 28 de febrero. Como yo, aunque con más de cuarenta años de diferencia, claro está.
Su cumpleaños va ser fiesta por partida doble. Una reunión familiar ineludible.
Para los padres, primerizos, muy calmados y serenos (yo estaba hecho un manojo de nervios cuando pasé lo mío) ahora toca poner el contador a cero:
La vida queda ahora, ineludiblemente, partida entre A.N y D.N. :
Antes de

y
Después de Nerea.

3 kilos y medio, sonrosada, largos dedos en los pies, muñecas y manos fuertes, naricilla y labio superior en los que creo ver una huella genética común.
Mi mujer la pudo tener en brazos un poquito, mis retoños pudieron conocer a la nueva primilla. La madre posaba con una expresión dulce y cansada, agotada por el trance y sin embargo feliz. Los abuelos, como era de esperar, babeaban con la nueva nieta.
Yo también estaba emocionado, cómo no estarlo.

2 comentarios:

Ana María dijo...

Lo bueno de los sobrinos es que puedes malcriarlos, la educación es de los padres, asi que te deseo que disfrutéis mucho con Nerea :).

Juan Antonio del Pino dijo...

vaya, no había pensado aún en eso pero me parece que debe ser verdad ...
me has alegrado el día