Ingenioso, económico y práctico sistema para atrapar a esos pequeños y ubicuos roedores. Unicamente se necesita una botella de plástico vacía puesta de pie (en la imagen una de Aquarius pero puede ser de cualquier marca y con boca de botella algo más estrecha) y un cebo en el fondo (típicamente un trozo de queso, aunque suele resultar igual de efectivo un trozo de pan duro untado en aceite de oliva....). El ratón llega atraído por el olor del cebo y entra por la boca de la botella, de donde ya no puede escapar.
Queda pendiente el asunto de qué hacer después con el animalillo. Almas sensibles, como yo mismo, pueden optar por cerrar la botella, practicarle un par de agujeritos para que respire, llevarse la botella en el coche y soltarlo unos cuantos kilómetros lejos del hogar, a ser posible en el campo. Lo que haga con su vida a continuación es ya asunto suyo...
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