Por cierto que la masa de aire sahariano también se ha hecho notar por aquí, especialmente ayer domingo.
Nos acercamos a la piscinita y el único sitio donde se podía estar era dentro del agua. Nada más salir, una bofetada de aire cálido, secante, te devolvía al estado anterior al baño. No había sol. Era el aire el que quemaba, y ante eso, no vale ponerse a la sombra, porque hace el mismo calor. Ya digo, unicamente metido hasta el cuello en el agua era posible estar "al aire libre".
De vuelta a casa, el coche era un auténtico horno. El resto del día lo pasamos encerrados. Abrir una ventana por la tarde, como hacemos a veces, era poco menos que suicida porque, unque la casa estuviera recalentada, lo que había afuera era peor.
Por la noche, la disyuntiva entre abrir balcones para que entre el fresquito (que era más bien poco) o dejarlos cerrados porque se colaban los mosquitos (por cierto, cada vez más resistentes a los productos habituales) hubo que solucionarse dejándonos comer por esos inmisericordes insectos con la contrapartida de, al menos, poder dormir.
Hoy hace calor, pero algo menos.
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