jueves, 18 de mayo de 2006

Tarde doméstica. Primer número de X-men, el nuevo coleccionable.

Esta tarde no tenía ganas de trabajar. Nos hemos ido a limpiar un poco el coche, que falta le hacía. Después nos acercamos a un Vivero y nos metimos en el Invernadero. Es nuevo, ha sido una visita de inspección. Se estaba fresquito. Me fascinan los Invernaderos, me fascinan las colecciones de plantas que allí exponen. Han caido un par de gitanillas y un clavel. Había unas orquídeas esplendorosas. Aunque el precio también lo era.
Nos acercamos a la ciudad y compré el cucurucho prometido. Sí, llega un momento en que hay que recurrir a los más viles chantajes para que te acompañen a cualquier lado. Por lo demás, es un lenguaje que las dos partes entienden a la perfección, completamente aséptico, frío y calculado, pero efectivo. No sé qué pasará cuando tengan quince años, no quiero ni pensarlo. Dosificación, me digo a mi mismo, no hay que abusar, dosificación, dosificación..
Después, y entre medio del cucurucho, vino el parque y los columpios. Aproveché para relamer el helado de fresa con la excusa que se iba a derramar. A estas alturas, con la camiseta manchada de fresa y la cara hecha un cromo, la verdad, no creo que mi gesto aparentemente paternal engañara a nadie. Ella, mientras tanto, seguía combinando esos manchurrones de helado con pizcas de tierra del tobogán. Lo cierto es que el cucurucho estaba bueno y alabé su buen gusto al elegirlo. Me fui al banco de enfrente, me senté y extraje de la bolsa de plástico uno de los cómics que acababa de comprar en el kiosco-papelería.

Los X-Men, nueva colección que empieza donde acabó la otra, justo después de la "Masacre Mutante".
Guión de Claremont, dibujo de Silvestri, primera entrega en oferta, un euro. Formato comic-book, tres números en un tomo, color (papel no satinado), artículo de introducción (dos páginas) de Julián Clemente, fichas de los personajes y portadas originales al final del tomo. 25 entregas.
El dibujo (de Silvestri he dicho pero de Leonardi en el primer número de los tres del tomito) me echó pa'trás en un primer momento. No me acaba de gustar, lo veo tosco, sin detalle, apresurado, sin chispa.
El guión, bueno, de momento no está del todo mal. Que Claremont me haga seguir leyendo después de presentarme a esos impresentables Cosechadores, de colocar a Dazzler (a mi parecer una mutante perfectamente olvidable) en primer plano y sacar al bueno de Lobezno en tres cuartas partes del tebeo y que aún así, repito, continúe leyendo, tiene su mérito. Me temo, de todas formas, que el tiempo ha hecho mella en esta colección y que será difícil que la continúe. Aunque, hay a quien le gusta , no sé yo si el factor nostalgia tendrá un poco o un mucho que ver en eso. En todo caso, respetable opinión: hay coleccionables que empiezan flojitas y luego se animan (me acuerdo ahora del Dare Devil de Miller que comenzó más bien mal, como para no volver a comprar el número dos y acabó en la cumbre) , así que habrá que darle un pequeño voto de confianza (sin pasarse: me enteraré primero en Internet de dibujantes, tramas y argumentos de las próximas entregas).
Un último detalle:
las fichas de los personajes.
Bien, buena idea. Ayuda a situar los personajes y la historia. Y en una colección coral como esta de los Mutantes parece de lo más adecuado. Esta vez han caído Lobezno (¡si es que está en toos lados!), Tormenta y Pícara. Muy bien.
Pero me choca una cosilla que leo en la ficha del Lobi: me aparece su vida y milagros más recóndita, sus orígenes secretos revelados en una serie editada el año pasado. Si esta colección es de cómic de 1988 en adelante (la nefasta, para muchos, década de los Noventa)
¿a qué viene revelar que Logan se llama de verdad James Howlett, nacido en el siglo XIX, hijo de John y Elizabeth?
¿Qué falta hacía revelar un origen que por entonces ni se soñaba, cuando lo bonito de este señor, por aquel entonces, es que nadie sabía ni de donde era, ni de cuando, ni cuando le nacieron las garras, ni si vivió o no en la Columbia Británica o en la Escocesa?
De verdad, que me parece que es verdad que los aficionados nos quejamos mucho, que nunca estamos contentos, pero que hay cosas que me parece que son un poquitín de lógica. Que no hacía falta, esta vez, ser tan exactos ni tan precisos.

Cambiando el tercio, también ha caído el último tomo (por nueve van ya) del Príncipe Valiente.La imagen está tomada de la Editorial. No la había de mayor tamaño. Lo siento.
En todo caso, una compra más que recomendable. Un cómic sorprendente en historia y dibujo, un ejercicio magistral de sabiduría en esto de hacer tebeos. Muy recomendable.

Recogí a la niña, más bien tiré de ella del tobogán hacia el coche, con esto de las tardes más largas parece que es temprano pero no, no lo es. A casita, a cenar, aducharse y a la cuna. La ropa, con sus manchurrones de fresa y tierrecilla, directamente a la lavadora.
Mañana otra dura jornada, la última de esta semana...
P.D. Como me ha tocado retocar el Post después de editarlo (me saltan las teclas, me bailan las letras con demasiada frecuencia) me he fijado que llevo ya la mítica cifra de 100, CIEN, Post desde que empezara esta historia el verano pasado. Interesante.Quien lo iba a decir....

3 comentarios:

LazyGirl dijo...

Iba a darte la enhorabuena por tu post numero 100 pero estoy escandalizada...

¡¡¡por Diso!!! Que clase de herejía es esa de ponerte a mirar comics con un helado chorreante (sea de fresa o no!) !!!!

Abominacion!!!

Y en un parque infantil!!! Donde en cualquier momento puede llegar una fierecilla de esas (Sea la que te llevas a casa luego manchada de fresa y tierra u otras) y poner sus manos sobre (diso no lo quiera!) Una pagina del comic que te has atrevido a exponer de esa manera!!!!!!!!!!!

Incomprensible...

Tendré que enviarte un listado de las reglas basicas del friki para que te las vuelvas a estudiar...


(Vale, todo lo de arriba es broma -o casi- y si, quiero felicitarte. Enhorabuena por tu post 100! queremos otros 100 mas muy pronto!)

Redivivo dijo...

Yo me he alegrado mucho cuando anunciaron la publicación de este segundo coleccionable de X-Men.
Y, aunque parezca raro, no por mi, pues tengo toda esa etapa que coleccioné en su dia, mensualmente, si no por cantidad de nuevos lectores (chavales que ahora tienen entre 10 y 18 años) para los cuales el poder conseguir esos números era un sueño prácticamente inalcanzable, debido a lo escasos que son y, sobre todo, a los exhorbitados precios que por ellos se piden.
Por fin podrán disfrutar de la (para mi) esplendorosa etapa de Silvestri o de sagas como la mítica Inferno o Proyecto Exterminio.
Por no comentar la época de Jim Lee, en la cual hay que reconocer que empezó el declive de los guiones, coincidiendo lógicamente con la marcha de Claremont.
En fin, que yo creo que la gente se lo pasará bien sobre todo porque no tendrá que hipotecarse a 20 años para conseguir los comics.
Y me ha encantado el post.
Si es que soy un nostálgico...

Juan Antonio del Pino dijo...

Bueno, bueno, vayamos por partes.
1.Cuando empecé a desenvolver el cómic de su funda de plástico (el cartón quedó en el kiosco), el helado ya había volado. Cada vez que Ella se tiraba por el tobogán (y es rápida) acudía para continuar con el helado. Yo solo pude relamer un poquito.
2.Evidentemente, el banco estaba estratégicamente situado, de modo que la lectura del cómic no pudiera escandalizar a madres, padres e hijos que pupulaban por allí (y más ocupados en sus cosas que en las mías). En todo caso, de suceder lo que cuentas, la avalancha de niño o niña empringado como solo sabe hacer un niño, el Plan B consistía en cobijar con rapidez el cómic en la bolsa que me había dado la kiosquera (recordar que llevaba dos cómic).
3.Reconozco que fue una actitud un tanto temeraria, pero la ansiedad me pudo, me pudo...aunque tome mis precauciones(si me mandas el Libro de Estilo del Buen Friki estaré preparado para otra ocasión...)
4.Gracias por la felicitación. Ya estoy con el número 101 (bonito número)
5. Redi: imaginaba que tenías esta etapa ( o al menos que la habías leido en su tiempo). Yo al Silvestri me temo que no lo trago y Claremont me parece que ya empezaba a estar en horas bajas. reconozco que propone ideas nuevas, escenarios distintos y eso, pero me parece que lo mejor ya lo había escrito.
la saga Inferno no la conozco, pero el Proyecto Exterminio no sé si era una sutil ironía para exterminar a los lectores de comics mutantes: un despropósito, un exceso que no lleva a ninguna parte, un Mega cross over del que se salvan los dibujos de Jim Lee y poco más. Que por cierto, lo que este hombre hizo en la Tierra Salvaje (creo que Pícara nunca lució tan bien) sí lo he visto y se nota que dibujar sabe dibujar.

Sea todo en la busqueda de nuevos lectores, que nunca está de más...