viernes, 10 de agosto de 2007

Nick Fury, agente de Shield

Por causas que no vienen al caso, me tuve que desplazar a una gran ciudad de esas que tienen Multicines, Centros Comerciales, Avenidas, semáforos con leds, autobuses, altos edificios, parques, jardines y, lo que a mi me interesaba, una tienda especializada de cómics. Cuando acabé mis gestiones y pude ir a lo que realmente iba y entré en la librería me quedé como un poco traspuesto. Algo así como el síndrome de Stendhal(copio literalmente de la Wikipedia:" enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardiaco, vértigo, confusión e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a una sobredosis de belleza artística, pinturas y obras maestras del arte). Poco a poco mi mente se fue acostumbrando a esa sobreabundancia abrumadora de títulos en los más variopintos formatos dispuestos en mesas, estantes, pilas, vitrinas y bolsitas de plástico. Comencé primero a ojear los tomos más cercanos con verdadera pasión del bibliófilo. Después comencé a recorrer las estanterías atestadas intentando averiguar la lógica interna de su ordenamiento. Comencé entonces localizar títulos concretos. Al cabo del rato de búsqueda e inspección me decidí a preguntar al dependiente sobre un par (o más ) de referencias que me interesaban. Aunque la indagación fue más bien infructuosa, como suele ocurrir, y los títulos en cuestión los tendrían que pedir y no servían por correo, el rato de charla con aquel muchacho me demostró que no estoy loco del todo, o al menos , si lo estoy, lo estoy tanto ( o menos incluso) que muchos otros. Sí, porque de verdad, poder preguntarle a alguien , en voz alta, a la luz del día, en un lugar público, si conocía el segundo tomo de Los Hombres Extraordinarios de Moore, o el Spiderman Blue de Tim Sale, y el interlocutor no poner cara rara sino que muy al contrario, me corrigiese con lo de los Caballeros Extraordinarios o apuntar que también Loeb tenía que ver con el Spiderman Blue, es un gozo que solo algunos pueden entender.
La conversación derivó entonces, ya que no tenían estas dos obras, hacia el Nick Fury de Steranko, editado bajo la colección Best of Marvel Essentials , de Panini (formato tomo, pastas duras, tamaño original, color, con prefacio y estudio posterior, reproducción de todas las portadas... personalmente mi formato ideal). Aunque me advirtió que no todo este Nick Furia era de Steranko, y que tampoco contenía la saga de Scorpio (salió también a relucir, como no, la fantástica saga del Capitán América contra Madame Hydra), lo cierto es que acabé comprándolo.
El tomo comienza con dibujos de Buscema sobre lápices de Kirby, sigue con Steranko entintando al Rey, y continúa con Steranko volando en solitario tanto en los dibujos como en el guión. Como se va pasando, paulatinamente, casi sin notarlo de un estilo netamente kirbiano a un estilo nuevo y personal, completamente desconocido hasta entonces, totalmente innovador, es un verdadero placer. Las historias también van ganando en complejidad y la serie se configura como una auténtica joya en la que se combinan toques de espionaje al más puro estilo 007 con destelladas que nos indican que todo esto ocurre en el mismísimo Universo Marvel, ese tan poblado de superhéroes en mallas.
En resumen, una compra obligada para estudiosos y amantes de este arte y para todo aquel que quiera leer unas buenas aventuras con amenazas de dominación mundial, ejércitos en la sombra, acción trepidante, tecnología punta...

... y agentes despampanantes que quitan el hipo al más pintado


No hay momento para el aburrimiento, lo aseguro.


P.D.
Jose A. Serrano hace un magnífico análisis de esta obra en la Guía del Cómic.
Tebeonauta también tiene una reseña interesante sobre este mismo título

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